La situación actual, denominada comúnmente como "nueva normalidad", nos ha llevado a que busquemos distintas soluciones para distintas situaciones acontecidas. Una de ellas es el tema de las piscinas en las comunidades de propietarios, en concreto la instalación de piscinas portátiles en las terrazas o azoteas. Desde Nurminen&Pol Asociados queremos señalar los motivos por los que no es recomendable el montaje de éstos.
¿Que son las piscinas portátiles y por qué hay tanta demanda?
Se tratan de piscinas elevadas y desmontables, que se pueden comprar en cualquier establecimiento y que requieren de un montaje sencillo, en base a las instrucciones proporcionadas por el fabricante. Una vez montada, se rellena de agua quedando lista para poder hacer uso de ella. Suelen tener tamaños variados en función de las necesidades de los usuarios.
Debido a la reciente situación del COVID-19, y las medidas de seguridad adoptadas, muchos propietarios ven con riesgo el uso de las piscinas comunes, asistencia a zonas de playas, etc. por los posibles contactos con otras personas. Ello ha provocado que los usuarios opten por comprar piscinas portátiles que, al tener un tamaño contenido, puedan instalarse fácilmente en terrazas o azoteas y poder refrescarse durante el verano sin necesidad de salir de casa.
¿Se pueden instalar las piscinas portátiles en comunidades de vecinos? ¿Existe riesgo?
Contrario a lo que se cree, debido a su tamaño y facilidad de uso, existe un riesgo importante en el uso de estas piscinas en las zonas no adecuadas. En primer lugar, el peso que puede soportar la estructura del edificio no suele estar pensada para soportar el peso que puede provocar la piscina. Y es que, la estructura de la piscina no es lo que provoca un peso de importancia sino el agua que contiene. Para tener una orientación el Colegio de Arquitectos de Málaga, a través de su Decano D. Francisco Sarabia, nos explica “Si instalamos una piscina de un metro cuadrado y la llenamos con 50 centímetros de agua, duplicaría el peso que la estructura puede aguantar. Además, hay que tener en cuenta que estas piscinas se llenan hasta el metro o incluso más”. Por tanto, estaríamos poniendo en grave riesgo la estructura misma del edificio.
Además, para poder realizar este tipo de instalaciones hay que resaltar que requieren de un informe técnico para poder asegurar la viabilidad de su instalación. Añadido a ello, no podemos olvidar que la modificación de cualquier elemento arquitectónico en zona común requiere de la autorización previa de la junta de propietarios.
En conclusión, no podemos sino afirmar que existen riesgos en la instalación de piscinas portátiles en las terrazas y azoteas de las comunidades de propietarios.
Si hay algún problema con la piscina portátil, ¿lo cubre el seguro?
Según la información que se puede encontrar, cualquier incidencia respecto a las piscinas portátiles no se encuentran cubiertos ni por el seguro de la comunidad ni por el seguro del hogar teniendo el propietario que hacer frente de cuantos daños puedan ocurrir así como otros perjuicios derivados.
Con todo, nuestra recomendación no es más que no realizar este tipo de instalaciones y procurar tomar todas las medidas posibles en caso de asistir a una piscina comunitaria o a una zona de playa. Al ser una situación inusual y temporal, creemos que habrá que tener paciencia para poder superar este tramo y disfrutar el año que viene un verano sin contratiempos.
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